Creación del mundo

Sea cual sea el género en el que escribas, establecer eficazmente el escenario es una forma poderosa de garantizar que el lector se sienta inmerso en la historia. Dicho esto, algunos géneros requieren un gran esfuerzo para asegurarse de que así sea.

Una historia de fantasía que tiene lugar en un mundo desconocido va a requerir una reflexión más profunda que una de ficción juvenil que tiene lugar en un instituto. ¿Por qué? Todos conocemos el instituto. Sí, tienes que establecer los detalles de ese instituto sobre el que escribes, pero tus lectores tendrán una idea general preestablecida de cómo será el espacio.
 
No es el caso de tu historia de fantasía, en la que pides a tus lectores que amplíen su imaginación y se pierdan en un mundo que nunca han experimentado antes. Tienes que ayudarles a entender dónde están y cómo funciona este nuevo lugar. Cuando creas tu propio mundo, tienes que entenderlo completamente y creer en él antes de esperar que los demás lo hagan.

LOS TRES MEJORES CONSEJOS PARA CREAR UN MUNDO

Dale a tu mundo una historia de fondo

Aquí tienes una plantilla que puedes utilizar mientras creas tu historia. Independientemente de que todos estos detalles entren en juego, tener las respuestas a estas preguntas puede ser útil para garantizar que has introducido un mundo completamente desarrollado. Si quieres que tu mundo resulte creíble, no debe parecer que ha surgido de repente y de forma conveniente. Y, además, nunca se sabe cuándo puede haber una oportunidad para filtrar algunos detalles adicionales (¡aunque sean minúsculos!). Si haces el trabajo previo para entender bien el escenario, te asegurarás de que el lector también lo entienda.

Simplifica el texto

El lector quiere perderse en la historia y comprender el mundo que has creado, y no debería suponer un esfuerzo para él. Si tiene detalles que requieren páginas de explicación, lo más probable es que pierdas al lector por el camino. Crear un mundo fantástico y único no significa que tengas que ser demasiado complejo. Mantén la claridad, tus lectores lo agradecerán.

Deja que tus personajes den vida a tu mundo

Es fácil caer en la trampa de pensar que hay que presentar todos los aspectos del mundo desde el principio. Y es igualmente fácil quedarse tan atrapado en la descripción del escenario que el ritmo se vea entorpecido por los detalles. Utiliza a tus personajes y deja que descubran tu mundo en nombre del lector. Muéstralo, no lo cuentes. ¿Qué ven, huelen y oyen? ¿Qué están experimentando que permite que los detalles se compartan de forma natural con el lector? Esto ayudará a que tu historia fluya sin perder ningún detalle crucial por el camino.